El Departamento de Interior no aplicará ninguna sanción a los dos ertzainas a quienes estallaron sus propios explosivos en un parking de Barakaldo, donde dejaron aparcada su furgoneta para ir a cenar. El suceso provocó daños en seis coches de ciudadanos que habían estacionado junto al vehículo de la Ertzaintza y causó destrozos en el estacionamiento. Según el departamento que dirige Javier Balza, la actuación de los dos agentes «fue completamente correcta».
La explosión tuvo lugar el 12 de mayo en un aparcamiento de la calle Gernikako Arbola de Barakaldo, donde los agentes de la unidad canina de la Ertzaintza habían estacionado su automóvil. En el interior de la furgoneta dejaron un perro adiestrado en la localización de explosivos y varias muestras de este tipo de productos, que utilizan de manera habitual para entrenar al animal. La unidad canina, en este sentido, tiene entre sus misiones la localización de bombas.
A las 21.50 horas, por causas que se desconocen, las muestras de explosivos estallaron. La detonación destrozó por completo la furgoneta de los ertzainas y dañó a media docena de vehículos privados aparcados junto al coche policial -que no llevaba distintivos-. El perro resultó herido de máxima gravedad, pero salvó la vida.
Interior atribuyó la explosión a un «accidente» y se comprometió a iniciar un expediente disciplinario, que trasladarían a la autoridad judicial «a fin de esclarecer totalmente lo ocurrido y depurar responsabilidades». Los portavoces de la consejería que dirige Javier Balza aseguraron ayer a este periódico que la investigación llevada a cabo por la unidad de asuntos internos ha llegado a la conclusión de que la actuación de los ertzainas «fue correcta en todo momento», por lo que no les impondrá ninguna sanción ni actuará contra ellos.
Según las mismas fuentes, «lo que estaba mal era el protocolo con el que trabajan los guías caninos».Antecedentes
En 1997, un incendio causado por la mala conservación de material en la base de la Brigada Móvil destruyó el almacén de la Unidad de Desactivación de Explosivos. Nadie fue expedientado.
El caso más grave se produjo en agosto de 2003, cuando el estallido de una bomba de ETA que estaba siendo desactivada en la base de Berroci causó graves lesiones a dos agentes y provocó daños millonarios en la instalación policial. La detonación se produjo porque los artificieros acudieron a la base para neutralizar el material pero no pudieron hacerlo ya que la campa donde pensaban hacerlo estaba ocupada. Dejaron el artefacto en un polvorín pero al responsable del almacén se le olvidó que allí estaba la bomba. Un mes después, a causa del calor, el dispositivo estalló y arrasó el cuartel. Ningún agente fue expedientado.
http://www.elcorreodigital.com/alava/20080618/politica/interior-sanciona-ertzainas-estallo-20080618.html
Con estos antecedentes es evidente el agravio comparativo que se cometería con los agentes de la Unidad Canina si se les sancionase.
El caso del 2003, el más grave, con dos agentes heridos, parece ser que no fue un hecho lo suficientemente importante como para revisar protocolos.
En cuanto a depurar responsabilidades, como ya se sabe, en esta "empresa" el régimen displinario únicamente está hecho para aplicarlo a los agentes de base y en casos especiales, a mandos que la han liado de manera escandalosa o mandos con criterio propio.
Ya sabeis, a un mando le pueden explotar las instalaciones de Berroci, quedando patente la dejadez, despreocupación y descontrol en el almacenamiento de explosivos, resultando agentes heridos, que no pasa nada, pero a un agente... que no se le olvide ponerse la boina o llevar un bastón extensible... pura lógica.
Hoy también teníamos en la prensa...
La Ertzaintza se queja de que Amnistía Internacional le relacione con torturas.
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080618/politica/ertzaintza-queja-amnistia-internacional-20080618.html
Pero esta noticia la comentaré mañana, porque tiene miga el asunto... por hoy creo que es suficiente.
Saludos...
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