Los tres meses de investigaciones han sido fructíferos. Cien inspecciones en chatarrerías y empresas de recuperación de metales, muchas de ellas ilegales, y una estrecha vigilancia en las zonas que sufren el robo del cableado de cobre han tenido importantes consecuencias. Treinta y cinco detenidos implicados en la sustracción del tendido (23 rumanos) y receptación de este metal (12 españoles), todos ellos de la misma banda, además de 168 toneladas de cobre recuperadas, el mayor alijo decomisado en nuestro país cuyo valor supera los 400.000 euros.
Ése es balance de la operación «Áncora», desarrollada por el Seprona de la Guardia Civil, con epicentro en Madrid y ramificaciones en otras cuatro ciudades (Toledo, León, Huelva y Barcelona), en donde se encontraban las grandes chatarrerías, almacenes, centros de recuperación de metal y fundiciones, donde los delincuentes daban salida a la mercancía.
Los 16 establecimientos acusados de receptación, de los que 11 están en Madrid, no preguntaban por el origen ilegal del material y se dedicaban a tratarlo para comercializarlo de nuevo. Lo sucedido ha servido para que las redes dedicadas a la sustracción de cobre estén inactivas de momento. Sus acciones delictivas han causado gran alarma social al dejar incomunicadas poblaciones enteras en la región (como Rivas Vaciamadrid), ayuntamientos, centros de salud y servicios de emergencias.
La actuación de los agentes se ha producido en una doble vertiente: en las zonas en donde se producen las sustracciones (lugares despoblados y carreteras comarcales), y en los puntos de compra-venta, cuyos dueños pagan entre 3,8 y 4 euros por kilo si el cobre está pelado; es decir, quemado y desprovisto del PVC y material plástico de los haces que componen las mangueras, eliminando pruebas de su procedencia. Esta operación la solían hacer en poblados, como la Cañada Real Galiana, donde fueron detenidos cuatro rumanos en una chatarrería el 16 de julio cuando iban a cobrar 700 euros por 180 kilos. Si el metal no está quemado, su valor es menor, ya que tienen que separarlo y seleccionarlo, y se sitúa entre los 2,8 y 3 euros por kilo.
La mayoría del cobre robado procedía de Telefónica, entidad que, ante la oleada de robos, está sustituyendo ese material por fibra óptica subterránea. Incluso se han quedado sin material por la cantidad de robos. Técnicos de la compañía acompañaron a los agentes del Instituto Armado a varios almacenes, algunos, auténticos mares de este metal, para identificar sus haces entre toneladas y toneladas de cobre.
http://www.abc.es/20080729/madrid-/guardia-civil-descabeza-principal-200807291019.htmlSaludos...
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