viernes, 11 de septiembre de 2009
BLOG POLICÍA SIGLO 21 - CARTA A MI HIJO
Hace unos días me topé en la red con un interesante blog llamado POLICÍA SIGLO 21, editado por RAFAEL DE JESÚS, un compañero de LA POLICÍA DE PUERTO RICO, que dedica su espacio, según sus propias palabras, a REFLEXIONES SOBRE ASUNTOS LABORALES, EXPERIENCIAS Y JUICIOS PERSONALES... un espacio que nos recuerda, que pese a las distancias y muchas diferencias culturales, de filosofía de vidad, etc.. hay cosas que son iguales en cualquier parte del mundo, dentro de la profesión de POLICÍA... comprobadlo vosotros mismos ... http://rafaeldejesus350.blogspot.com/
Entre los artículos que he encontrado, me ha llamado la atención, uno titulado CARTA A MI HIJO... os dejo el contenido y el enlace...
El sábado 15 de agosto a las 11:00 pm me entero del lamentable suceso donde le dieron muerte de un policía y su compañero herido de gravedad mientras transportaban un violador de ley hacia la cárcel. Fueron emboscados, tiroteados y dejados por muerto en medio de la calle.
Que descanse en paz el compañero, pronta recuperación al compañero herido y fortaleza para ambas familias.
Buscando por Internet encontré esta carta, no se quien es el autor pero es la realidad de un policía.
Carta a mi hijo
Querido hijo:
Tu padre es un policía. ¡Soy un policía. Mi trabajo es muy modesto, pues tu sabes que apenas me da para sobrevivir y medio mantenernos, pero dentro de su humildad me ofrece muchas satisfacciones.
¡Soy el malo de la sociedad que tanto me necesita y tan mal me paga!, pero créeme, me enorgullece servir a los demás y me siento importante cuando salvo una vida, cuando protejo a un inocente o cuando detengo a un criminal ¡...estas son satisfacciones que en otro trabajo no se tienen!. Mi profesión es verdaderamente ingrata; todos me arrojan piedras y me insultan cuando cumplo con mi deber, porque todos quisieran que la Ley se cumpliera para los demás y no en ellos. La gente me humilla cuando me ofrece una dádiva para que deje de cumplir con mi deber, y si la acepto me llaman deshonesto.
Debes saber que cuando salgo de casa no se si volveré a verte porque mi trabajo es de riesgo constante, en donde va de por medio la vida misma. ¡Así es!. Tal vez tendré que morir defendiendo la vida y la propiedad ajena, mientras tu me esperas para darme ese beso que a diario me ofreces como bienvenida, y ante esa verdad sufro al pensar que ya no nos volveremos a ver porque habré entregado mi vida por esta sociedad que tanto me exige y que nada me da, pues ni siquiera es capaz de pedir que se me otorgue un sueldo decoroso para que mis hijos y los hijos de otros policías como tu padre puedan estudiar una profesión que les brinde la oportunidad de ser diferentes a mi.
Si a veces no te veo es porque en este ingrato pero emocionante trabajo no tengo horario. ¡Si, es cierto!, trabajo doce horas, pero solo cuando se puede, pues a veces por las necesidades del servicio tengo que doblar mi turno. Yo nunca me niego cuando se que otros me necesitan para que cuide de su seguridad, porque es indiscutible, ya que cuando la sociedad descansa o duerme, yo estoy de pié, vigilando; cuando quisiera poder estar a tu lado, velando tu sueño, viéndote crecer, sano, sonriente, pero me conformo con verte de vez en cuando. De todas maneras siempre estoy pensando en ti y nunca te olvido. Cada día me preparo para ser mejor policía para que tu te sientas orgulloso de tu padre, y lucho junto con mis compañeros por ti, para que puedas desarrollarte con seguridad y puedas caminar por las calles y llegar a la escuela libre de sobresaltos y de miedo, porque para eso estoy aquí y para eso soy policía.
¡No importa que me ataquen y que la gente me condene por no dejarme golpear o matar!. Tu sabes con que clase de gentes me enfrento diariamente; drogadictos, borrachos, asesinos, influyentes amigos de los jefes, todos ellos irrespetuosos, agresivos, ¡y yo debo tratarlos como si fuesen gentes decentes!; en verdad, esto y que el mundo no se de cuenta que yo también soy un ser humano es lo que mas me hiere, pues me duelen los insultos y las agresiones, ...¡y demonios! ¿Que se creen que estoy obligado a aguantar todo porque soy un policía olvidado de la mano de Dios?
Quiero que comprendas que soy policía y no puedo atenderte como te mereces ni darte todo lo que necesitas; solo puedo dejarte como herencia mi honor, mi orgullo y mi dignidad de hombre decente que quiere ser un ejemplo para ti.
...Te quiere
Tu padre.
http://rafaeldejesus350.blogspot.com/2009/08/carta-mi-hijo.html
Echando un vistazo por la red, para ver si podía descubrir al autor de esta carta, descubrí que esta había sido escrita por ROBERTO MARTÍNEZ IGLESIAS, 1º Superintendente de la Policía de Monterrey, actualmente retirado.
Fuente... http://www.netvalencia.com/toniweb/trabajo.htm (espacio de otro compañero de Valencia... TONY??? ... está por todas partes de la red y todo lo hace con gusto y calidad... UNA MÁQUINA!!!
http://www.netvalencia.com/toniweb/presentacion.htm
Saludos y BUEN FIN DE SEMANA...
Publicado por
mustelus
en
13:56
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Etiquetas:
POLICIAL
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Hola socio....
ResponderEliminarpues ese Toni no es quien tu crees,es un poco más viejito , y casualmente el que me inició en esto de internete hace ya mucho mucho tiempo...
En cuanto a Roberto era un gran hombre y estuvo con nosotros durante muchos años,desgracidamente falleció hace unos cuantos años.
En cuanto a esa carta, no te puedo confirmar que fuera escrita por Roberto, si bien es cierto que fue el quien la envió hace ya casi una decada..
Salu2 y sigue así.
No eras tú, pero tenías que estar relacionado... jajajaja... busque lo que busque, al final siempre acabo dando con uno de tus enlaces... nos lo estás poniendo muy difícil ¿eh? jajajaja
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí.
Un abrazo socio!!